"Yo he frecuentado
las cortes de los príncipes y abundé en riquezas. No perdoné a los deleites. Pero tened por cierto, Hermanos míos, que la mayor abundancia de bienes de este
mundo reside en la pobreza del espíritu. Sólo fui rico cuando de ellos carecí. Porque lo mismo fue arrojar de mi corazón los bienes de la tierra que llenarse
de los de la gloria, mucho mejores sin comparación, de suavidad inefable y de
una duración eterna".
(San Norberto)
En las cortes de los
príncipes...
Norberto
nace en 1080 en la ciudad de Xanten (Alemania) junto a la ribera del Rin, poblada
de castillos de leyenda y viñedos. Sus padres fueron Heriberto y Hedwig, Condes
de Gennep y emparentados con el Emperador. Nace en una familia acomodada en la
que no le faltarán los lujos, lo que le permitirá dedicarse a la pura
intelectualidad y al ocio sin más obligaciones. En las escuelas episcopales y monásticas
se refugiaba entonces el saber divino y humano. Copistas, en la calma serena y
orante de los scriptorium, ponían a
punto las humanidades clásicas junto a las últimas novedades del discurso
teológico. En la inquietud de estas escuelas se vislumbraba ya el nacimiento de
la escolástica, que vincularía las verdades de la fe con la filosofía de
Aristóteles. Norberto se aplica al estudio del Trivium y el Quadrivium,
e ingresa en el estado clerical, alentado por su tío Federico, Arzobispo de
Colonia, recibiendo el subdiaconado pero sin la intención de ser ordenado
presbítero. Su tío le confiere una capellanía en la iglesia imperial de San
Víctor en Xanten, cargo que viene acompañado de honores y prebendas. Accede
después como canónigo en la Catedral de Colonia y el Emperador Enrique V le
nombra limosnero de la Corte Imperial. Su vida en estos años se desarrolla
entre los placeres cortesanos y las intrigas palatinas.
En
1110 Norberto acompaña a Roma al Emperador que desea zanjar con el Papa Pascual
II el escándalo de las investiduras. Antes de firmar el acuerdo subscrito,
Enrique hace apresar al Pontífice (febrero de 1111) y sus tropas saquean la
Ciudad Eterna, cometiendo asesinatos y toda clase de tropelías. Norberto
reprueba la actitud del Emperador y visita en la prisión al Papa para mostrarle
su fidelidad y apoyo. De regreso en Alemania rehúsa ser nombrado obispo de
Cambrai (Francia), cargo con el que el Emperador deseaba obsequiarle.
La conversión de
Norberto (1115)
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Conversión de San Norberto |
En
la primavera de 1115, Norberto se dirigía a un convento de Westfalia donde
probablemente tenía un amor secreto. Hacia allí cabalga junto a su paje cuando
el cielo se cierra y estalla una colosal tormenta primaveral. Un rayo caído a
sus pies hace caer al lodazal a Norberto, a su paje y al caballo. Quedó
inconsciente y, tras volver en sí, las primeras palabras que pronunció fueron
aquellas de San Pablo en el camino a Damasco: “¡Señor!, ¿qué quieres que yo haga?”. Norberto sintió que una voz
interior, la de Aquél que habitaba en su ser más profundo, le decía: “Apártate del mal y haz el bien. Busca la
paz y persíguela”. La experiencia lo conmueve profundamente y busca la
dirección espiritual del abad Cono del monasterio benedictino de Siegburg. En este
monasterio hace examen de la vida mediocre y falsa que ha llevado hasta ahora,
se confiesa de sus pecados y se entrega a la penitencia. Tras su conversión
solicita ser ordenado presbítero (1115). En su primera Misa en Xanten,
campesinos y clérigos le recuerdan los pecados carnales de su vida mundana.
Norberto durante el sermón les confiesa con extrema humildad los escándalos de
su vida y les invita a seguir a Jesucristo en una nueva vida como la que él va
a emprender.
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San Norberto, vestido con hábito de penitente, es ordenado sacerdote en la Catedral de Colonia (1115). |
Reparte
sus riquezas entre los pobres, renuncia a las prebendas eclesiásticas y se hace
sembrador del Evangelio por todas las marcas del Rin. Sale a la conquista de
las almas, llenando los templos y moviendo a gentes de diversos lugares que
acuden a escuchar su palabra vibrante. Su éxito suscita las envidias del cabildo
catedralicio de Colonia que lo acusa de reformador y de predicar sin permiso. Entonces,
en compañía de dos asistentes, servidores suyos que se habían negado a
abandonarle, viajó a pie y descalzo hasta Saint Guilles, en el Languedoc, donde
residía el exilado Pontífice Gelasio II. A los pies del Papa hizo confesión
general de sus pecados y aceptó cumplir cualquier penitencia que se le
impusiera. Pero el Papa lo animó en su empeño y le dio permiso para predicar el
Evangelio en toda la Cristiandad (1118).
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Predicación de San Norberto |
Sus
viajes misioneros lo llevan hasta Valenciennes, con la salud quebrada, donde se
encuentra su amigo Burcardo, Obispo de Cambrai. El obispo le presenta a su
capellán personal, Hugo de Fosses, que siente enseguida simpatía y atracción
por el estilo de vida apostólico que sigue Norberto. Hugo le suplica le acepte
como compañero en aquel apostolado de evangelización rural y Norberto acepta.
Ya tiene su primer compañero. Tras
la muerte del Papa Gelasio II en 1119, el nuevo Papa Calixto II convoca un
concilio en Reims con el objetivo de reformar las costumbres del estado
clerical y arreglar la cuestión de las investiduras. Norberto y Hugo acuden. En
el transcurso de las sesiones conocen a Bartolomé de Joux, Obispo de Laon
(Francia), que, admirado por el espíritu de estos apóstoles itinerantes, les
ofrece reformar a los Canónigos de San Martín en Laon.
La fundación de la
Abadía de Prémontré (1120)
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La Abadía de Prémontré en el s. XVIII. Fue devastada por la Revolución Francesa de 1789. |
Norberto y Hugo aceptan la propuesta, pero los canónigos se niegan a aceptar a Norberto y a sus ideas reformadoras. Entonces deciden empezar desde cero y buscan el lugar idóneo donde realizar una fundación. Lo encuentran en una pobre ermita dedicada a San Juan Bautista y abandonada en la zona boscosa y pantanosa de Coucy, circundada de montes y peñas rocosas. Allí Norberto reconoce el lugar que le había sido mostrado en un sueño (pre monstratum). En la Navidad de 1120 se funda, con trece discípulos, el monasterio en este lugar denominado Prémontré. Un año después de su fundación, la comunidad de Prémontré la formaban 40 miembros, y en los siguientes cuatro años Norberto funda nueve monasterios masculinos (a los que se suman uno o dos de Canonesas Regulares).
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San Norberto y su primer compañero, el Beato Hugo de Fosses, al que nombrará su sucersor al frente de Prémontré. |
La
intención de Norberto fue reformar la vida de los canónigos regulares, creando
una comunidad de sacerdotes que vivieran al modo de los primeros cristianos de
Jerusalén, reunidos en torno a los Apóstoles y a la Madre del Señor. Ante la
vida desarreglada y mundana de los clérigos de su época (vida que él mismo
había llevado), Norberto propone un estilo de vida comunitario centrado en la
Alabanza Divina y la cura de almas en el medio rural. Por regla adopta la de
San Agustín e instaura un género de vida en común, con marcada impronta
monástica (Oficio Divino, trabajo manual, pobreza, obediencia, penitencia,
estudio, silencio...) pero abierto al apostolado entre las gentes. No son
monjes, pues no se retiran del mundo en el monasterio para alcanzar su propia
perfección espiritual, sino canónigos regulares (por estar adscritos a una
iglesia particular, obligados al Oficio Divino y profesar una regla común) que
combinan el claustro con la plaza pública, las observancias monásticas con el
apostolado activo.
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La Santísima Virgen muestra a San Norberto el hábito blanco de la Orden. |
Por hábito adoptarán uno de lana blanca (cuenta la tradición
que mostrado a Norberto por la Virgen María), y así saldrán a los caminos para
evangelizar a los pueblos con su testimonio de vida, predicación y obras. Son
los ángeles blancos que anuncian la Buena Nueva, los adoradores de la
Eucaristía, heraldos de Santa María e hijos fieles del Romano Pontífice. Ante
la decadencia del monacato cluniacense (contaminado por corruptelas políticas,
económicas, relajación de costumbres...) los “Canónigos Regulares de Prémontré”
suscitaban interés y simpatía entre los pueblos, a la vez que vocaciones entre
aquellos que deseaban consagrarse al servicio de Dios y de los hermanos.
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San Norberto, Apóstol de la Eucaristía |
Respaldo
a la recién fundada Orden lo supuso su lucha contra la herejía maniquea de
Tanquelin que asolaba las regiones de Flandes, el Delfinado, la Provenza y el
Languedoc. Los obispos recurrieron a los Canónigos de Prémontré para combatir
el error y devolver la paz y el orden. Estos grupos herejes negaban la Presencia
Real de Jesús en la Eucaristía y se dedicaban a robar las Hostias consagradas
de los tabernáculos. Norberto luchó contra la herejía y sus Canónigos Regulares
también lo hicieron, destacándose desde entonces la Orden por su devoción
eucarística. Tuvieron éxito en su empresa y los seglares manifestaron su
intención de compartir de algún modo el espíritu y vida de aquellos canónigos
blancos. Norberto concibe entonces una especie de rama secular, compuesta de
hombres y mujeres que viviendo en el mundo observen una vida cristiana bajo la
tutela de las abadías, siendo acompañados y formados por los canónigos. Estamos
ante lo que después se desarrollará como Tercera Orden Secular de manos de
Franciscanos y Dominicos principalmente.
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San Norbeto realizando un exorcismo. |
Según
la tradición, el primero de estos seglares afiliados fue Teobaldo, Conde de
Champagne, que quiso ingresar en la Orden pero Norberto no vio clara su
vocación. Le instó a permanecer en el estado seglar y le entregó en 1122 un
pequeño escapulario blanco para que lo llevara siempre al cuello, imponiéndole
la obligación de cumplir con ciertas reglas y devociones. Al ver que la Orden
se expandía, Norberto quiso asegurarse una aprobación más formal de la incipiente
Orden y con este propósito emprendió viaje a Roma. Allí obtuvo la aprobación de
la Orden por parte de Honorio II (27 de febrero de 1126).
Arzobispo de Magdeburgo
(1126-1134)
Cuando
Teobaldo partió a Alemania para contraer matrimonio (1126) se llevó a Norberto
con él. En la ciudad de Speyer se encontraron con la Dieta Imperial que había
convocado el Emperador Lotario II, y al mismo tiempo que ellos llegaban, acudía
una delegación de Magdeburgo con el objeto de solicitar al monarca un obispo
para su sede episcopal vacante. Lotario eligió a Norberto. Lo condujeron
entonces a Magdeburgo, entrando en la ciudad el 13 de julio descalzo y tan
pobremente vestido que el portero de la residencia episcopal le impidió la
entrada y le mandó colocarse en la fila de los mendigos que aguardaban limosna.
“Tú, querido hermano, me has juzgado
mejor que aquellos que me trajeron aquí”, le dijo el nuevo arzobispo al
confundido portero.
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San Norberto es ordenado arzobispo de Magdeburgo (julio de 1226). |
Como
arzobispo siguió manteniendo la austeridad y pobreza que había instaurado en
Prémontré, así como su vida de oración y sencillez en el trato con todos. No
obstante, se mostró exigente y duro cuando se trataba de defender a la Iglesia
frente a los poderes seculares o corregir las desviaciones de su clero.
Denunció públicamente la corrupción de los altos estamentos seculares y
persiguió a los clérigos que abandonaban sus parroquias y a las almas, violando
el celibato sacerdotal. Se iba creando enemigos y en un par de ocasiones
intentaron asesinarlo. Decidió entonces abandonar la sede episcopal, pero al
poco el pueblo pidió que regresara prometiendo acatar las reformas de Norberto.
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Atentado contra San Norberto en la Catedral de Magdeburgo. |
Al
morir el Papa Honorio II (1130), un cisma dividió a la Iglesia. Por un lado,
parte del Colegio de Cardenales había elegido Papa a Inocencio II (Gregorio
Papareschi); mientras que el resto eligió a Anacleto II (Pietro Pierleoni).
Anacleto II contó con el apoyo de la sociedad romana e Inocencio II se vio
obligado al exilio en Francia. Allí le reconocieron como Sumo Pontífice
legítimo San Bernardo de Claraval, San Hugo de Grenoble y el propio San
Norberto. Fue Norberto quien convenció al Emperador Lotario II para que
declarase su apoyo a Inocencio II y condujese un ejército a Roma para deponer
al antipapa Anacleto II. En mayo de 1133, el Emperador e Inocencio II entraban
en Roma, acompañados por San Bernardo y San Norberto. Lotario fue coronado
emperador por Honorio II en la Basílica de San Juan de Letrán, pero no pudieron
deponer a Anacleto que mantuvo el control de Roma hasta su muerte en 1138.
Tras
este periplo romano, Norberto regresa a Magdeburgo, enfermo y exhausto. Entrega
su alma a Dios el 6 de junio de 1134, a los 53 años de edad. La Orden de
Canónigos Regulares de Prémontré contaba ya a su muerte con más de 100 abadías
y prioratos. Fue enterrado en la Colegiata de Nuestra Señora de Magdeburgo
hasta que en 1627, debido al terror protestante, su cuerpo fue trasladado a la
Abadía premonstratense de Strahov (Praga). Fue canonizado por Gregorio XIII en
1582, estableciéndose su memoria litúrgica el 6 de junio.